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Mostrando las entradas de abril, 2013

Conciencia en gris

   En cada una de las tres fotos había un rostro diferente devolviéndole la sonrisa a la niña tras el velo y a luz del flash. Era la hermanita menor quien los fotografiaba, haciendo uso del oficio aprendido por la parte paterna, y perpetuando a su vez el registro histórico familiar. En cada una de las fotos estaba uno de sus hermanos. Estas iban de mayor a menor de acuerdo con el tamaño del foco y las edades, por lo que la primera mostraba a un muchacho de vello facial incipiente, un poco encorvado y de nariz aguileña, que dejaba notar la sobreabundancia de su última respiración antes del disparo. Estaba apoyado sobre un sillón viejísimo que posiblemente hubiese pertenecido al padre de su madre, tan monocromático como lo mostraba la foto a él mismo.    Con otro fogonazo de luz se le empañaron los ojos al hermano segundo, que con sus gruesos lentes miraba fijamente el lente único, intentando no transpirar el pequeño traje que vestía, sin el menor éxito. Sus manos se apretaban una a

Diente de león

Tras posarse unos instantes sobre el hombro de la enorme estatua de bronce el diente de león cae en espirales. Un niño lo observa ensimismado, desatendiendo el helado de frutilla que poco a poco se calienta en su mano. Espera que el diente de león vaya hacia él, puesto que no puede perseguirlo. Tras la barandilla sobre la que observa, apenas más baja que él, el vacío se le interpone. La estatua, aunque a su misma altura, parece flotar en el aire sostenida por una delgada columna que se pierde en la distancia, mucho más abajo que las nubes más altas. El suelo bajo los pies del niño también flota en la altura, inmóvil. El diente de león planea débilmente sobre la base de la estatua y amenaza con caer hacía las nubes, pero no lo hace. Un pequeño dirigible pasa tras la estatua, silencioso en su avance, y se pierde nuevamente en la lejanía celeste. El niño vuelve la atención al diente de león y lo encuentra a pocos palmos de la barandilla. Estira su mano libre para tomarlo y sin querer de