El arbolito cae como una mujer que se desmalla, con la salvedad de que lo hace en un ángulo preciso. Cuando el ebanista le dedica unos segundos de silencio las quejas de algunos pajaritos sorprendidos pelean por ocupar el aire contra el murmullo de un río cercano. El hacha y el silbido no tardan mucho en volver a desgarrar felizmente la madera caída. “El laurel sirve para hacer unas cunas esplendidas.” En ese árbol no había ningún nido.
To Dylan Thomas, the bluffer. Go drunk into that dark night. Rave, rave with your self’s shadow, dance. Dance to electric, acid drums. Go drunk into that dark night alight by fluorescent wristbands. Rave against living, against dawn. Lay bare, under a dark sky, what we all are. Go to the bathroom stalls, past the raving crowd, break in line and start a fist fight. Get drunk and scarred, animal. Smile, neon bloodied, at oblivion. Rave against all lights unflickering, against all unbroken bones, against those who dance and those who don’t: be an asshole. And dance, dance electric seraph, dance, dance to acid drums.
Comentarios
Publicar un comentario