Podría estar horas viéndola bailar. Ese vestido de lunares se lo había regalado él. Le da un sorbito a su vino blanco. Había estado varias semanas cuidando su figura para poder usarlo en ese cumpleaños. No sabe cuántas veces lo planchó, pero le quedaba pintado. Él tenía puesta una corbata de lunares para combinar. Mira su vaso. Le da otro sorbito. La música es horrenda, pero le gusta verla feliz. Para variar. Un hombre de la mesa de al lado que se dirige al patio lo ve solo y le ofrece un cigarrillo toscano. Avanti . El declina cordialmente bromeando que el humo haría que se le subiera el alcohol a la cabeza. El hombre ríe y le señala que recordaba verlo fumando habanos. Él le explica que a ella no le gustaba. El hombre lo entiende y tras mirar de reojo a su mesa continúa hacia el patio. Le da el sorbito final a su vaso. Hacía mucho que no la veía tan feliz. Siempre tuvo mucha energía. El por otra parte… Mira de reojo la botella en el centro de la mesa. Hace el esfuerzo de servirs...