Ir al contenido principal

El conjunto para asado

   El conjunto para asado se ha hundido en la carne cocida de numerosas bestias. Tanto el cuchillo como el tenedor bidente han sido las herramientas con las que se saciara el capricho por la carne, principalmente vacuna pero también porcina, ovina y caprina. Carne que el propietario de los utensilios viera, en una ocasión, morir él mismo en un matadero automatizado, que por automatizado la resultara aún más nefasto que el de Echeverría, pero que aun así no le quitara el hambre.
La hoja del cuchillo, con el filo aun listo para lacerar, demuestra el paso del tiempo y el afilamiento en la perdida de volumen sobre el principio del mango, como si la falta de uso lo hubiese dejado a él mismo famélico de acero inoxidable. El tenedor en cambio es más difícil de descifrar, quizás por cumplir un papel relativamente secundario. Sus dos dientes han cumplido con la tarea de punzar la carne y devolverla a la parrilla cuando la transpiración de la sangre superara la expectación de un buen cocido, preferido por la distancia simbólica que impondría entre el animal y el alimento, como las caras opuestas de un dado, que nunca deben verse simultáneamente.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Rave

To Dylan Thomas, the bluffer.   Go drunk into that dark night. Rave, rave with your self’s shadow, dance. Dance to electric, acid drums. Go drunk into that dark night alight by fluorescent wristbands. Rave against living, against dawn.   Lay bare, under a dark sky, what we all are. Go to the bathroom stalls, past the raving crowd, break in line and start a fist fight. Get drunk and  scarred, animal. Smile, neon bloodied, at oblivion. Rave against all lights unflickering, against all unbroken bones, against those who dance and those who don’t: be an asshole. And dance, dance electric seraph, dance, dance to acid drums.

Máquinas Salvajes VI

VI Leopardos, serpientes y halcones han sido los principales depredadores de primates durante millones de años, remontándose a los primeros mamíferos placentarios. Antes de que el hombre fuera tal, es decir, su propio depredador, este existía en un estado de guerra absoluta y exclusiva contra esa elite condenada.    Algunos antropólogos proponen que esta guerra de millones de años ha dado origen a cierto ideograma, reconocible universalmente en su cualidad de síntesis de esos miedos primordiales: el dragón. Este vendría a ser la unión de las cualidades más terribles de esas tres encarnaciones: las fauces del leopardo, el cuerpo alargado y escamado de la serpiente, y el vuelo veloz del halcón. Cita 3: The fall from Eden seems to be an appropriate metaphor for some of the major biological events in recent human evolution. This may account for its popularity.   It is not so remarkable as to require us to believe in a kind of biological memory of ancient historical...

Manuscript found in Lord Byron’s bookcase

                                                                                                                                                                                                                            To Percy, light upon his waterbed.     I’m the Scorpion King.   Beware, not the Camel King, nor, albeit my rattling ways, a snakish one.   My reign is a desolate wasteland which I, myself, have created. Where du...