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Llave

I

La llave sirve tanto para abrir como para cerrar la puerta, siempre y cuando el diseño de la cerradura encaje con el de su serie de hendiduras. Estas hendiduras se extienden a ambos lados de la llave, lo cual, al girarla, permite mover el mecanismo de la cerradura y trabar o destrabar la puerta. Las alas, o cabeza de la llave, terminan en una pequeña loma que funciona de tope contra la cerradura y asegura el encaje.
El cuerpo de la llave es un cilindro delgado y alargado, de punta redondeada, generalmente hecho de aleaciones de bronce y níquel, que no mide más de siete centímetros de longitud total.
La cola de la llave es levemente más ancha que las alas, y permite tomarla entre el índice y el pulgar facilitando el movimiento giratorio. Adorna esta parte final (además de un pequeño agujero que permitirá su inclusión en un llavero) el nombre de la casa de cerrajería que la ha elaborado.

II

La cien alada de la llave impulsa la mano del portador hacia la cerradura. ¿Es que el pestillo de la puerta se retrae con mayor velocidad cuando abrimos que cuando lo disparamos para cerrarla?
A la llave solo le interesa girar. El motivo de su existencia es satisfacer su apetito sexual, pues adora temblar en la mano borracha jugueteando con su complicada contraparte. Es que todo su cuerpo ha nacido para cumplir con devoción dicha tarea: desaparecer por unos instantes en el intrincado laberinto que es su compañera.
Guardiana de cualquier cosa que se precie, su ojo ciclópeo y sus alas de Mercurio preceden a cualquier descubrimiento, o redescubrimiento, que valga la pena el viaje de la mano. Su tintineo (es que la llave gusta más de viajar acompañada) prepara a la cerradura, e incluso mueve al umbral de la puerta los pies de quien espera del otro lado, si su oído es lo suficientemente agudo como para oírlo.
Ella es sinónimo a la vez de eterno retorno, ese particular retorno que es la vuelta a la intimidad, y de la libertad que encierra la idea del “afuera”.

Son las alas que se guarda en el bolsillo quien tiene un lugar al que regresar.

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