Ir al contenido principal

La receta

    La receta de pollo al disco enarbola la manuscrita del suegro del muchacho a la izquierda en la foto de la computadora. Escrita en papel madera, posiblemente un trozo de la bolsa en la que se comprara alguno de sus ingredientes, parece haber sido corregida varias veces. Sus proporciones han sido modificadas, quizás tras la difícil rememoración de una gastronomía estimativa.
Su ubicación en ese cajón, en esa habitación, y no en la cocina, refuerza la suposición de que se la ha ganado a fuerza de confianza a quien no la revelara con facilidad, posiblemente tratándose de una receta familiar o de un plato sobresaliente. Puede irse más lejos y pensarse que aquella misma mano que la escribiera lo habría hecho por culpa, tras fracturar la pipa prestada por forzarla a una combustión excesiva.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

33

  To young Mark. Always with one hand ocuppied.   Children of thirty two try to tell me what is a good cigar and what isn’t. Me, who never learned to smoke, but always smoked; me, who came into the world asking for a light.   Me, who when asked by a waitress about the kind of beer I would prefer, sweet, sour, toasted or fruity, always respond: cold.   Me, who began going out when I was seven. Me, that have lived four hundred and fifty six weekends without throwing up once.   Me, who stole my parent’s condoms right after my last brother was conceived. Me, who came from the uterus dancing and when the nurses left the room, lighted a ciggy.

Manuscript found in Lord Byron’s bookcase

                                                                                                                                                                                                                            To Percy, light upon his waterbed.     I’m the Scorpion King.   Beware, not the Camel King, nor, albeit my rattling ways, a snakish one.   My reign is a desolate wasteland which I, myself, have created. Where du...

Máquinas Salvajes VII

VII El modelo del cerebro “triúnico” propone, para explicar su evolución, una división del cerebro en tres partes interdependientes, cada una con su propio tipo de inteligencia especializada en el control de ciertos comportamientos. El mal llamado “cerebro reptiliano” es una de estas divisiones (junto con el sistema límbico, o “cerebro paleomamífero” y el neocórtex), e incluye el tronco encefálico y el cerebelo, encargados, en primera instancia, del control de los músculos, el equilibrio y las funciones autonómicas (latir del corazón, respiración). Y, según el neurocientífico Paul D. MacLean, propulsor del modelo, encargados también de los comportamientos más básicos para la supervivencia: agresividad, dominancia, ritos de cortejo, territorialidad. MacLean encuentra, a través de la neuroanatomía comparativa, que la capa más primitiva o baja del cerebro humano tiene un análogo en la estructura del cerebro de los reptiles, en la que prima, y de allí le da su nombre. Si bien numero...