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Millennial 2 (Hdytto II)

Ideas extrañas se le aparecen como flashes de luz, cuando falta su mínima dosis de aire. Desde su parcela en ese cementerio azul empieza a sentir su propia tridimensionalidad al deslizarse hacia la inconciencia: de alguna forma se desmaya hacia la vigilia.
Quizás sí. Se arrastra, “fuera de la pantalla”, if only seconds at a time. Hace el camino inverso. Quizás sienta el peso del océano, o aprenda a estirar los brazos (siquiera en un gesto desesperado), la cuestión es que se concebirá dentro de un sistema más grande y, principalmente, más complejo que los cuatro hemisferios que limitan la proyección de su casco. Y aún no se le ocurre… pero los Otros (they are the nobodies) son, probablemente, tan complejos como se considera a sí mismo. No lo sabe porque no se ha planteado siquiera la pregunta: nadie la ha pre-masticado como las ficciones que consumen, que son lo único que ellos podrían ver como diferencias. Una estupidez (and now, i’m going to read from the bi-ble) un poco menos estúpida no niega su origen. Pero el buzo está demasiado verde para verlo, para ver cualquier cosa que valga la pena, really; a la luz le cuesta viajar por el agua. For what it’s worth podría estar flotando en un mar de formol, en un frasco azul, en las manos de un gigante, y aun así no saber quién prendió el monitor, o quien paga la cuenta de la luz. 

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Rave

To Dylan Thomas, the bluffer.   Go drunk into that dark night. Rave, rave with your self’s shadow, dance. Dance to electric, acid drums. Go drunk into that dark night alight by fluorescent wristbands. Rave against living, against dawn.   Lay bare, under a dark sky, what we all are. Go to the bathroom stalls, past the raving crowd, break in line and start a fist fight. Get drunk and  scarred, animal. Smile, neon bloodied, at oblivion. Rave against all lights unflickering, against all unbroken bones, against those who dance and those who don’t: be an asshole. And dance, dance electric seraph, dance, dance to acid drums.

Manuscript found in Lord Byron’s bookcase

                                                                                                                                                                                                                            To Percy, light upon his waterbed.     I’m the Scorpion King.   Beware, not the Camel King, nor, albeit my rattling ways, a snakish one.   My reign is a desolate wasteland which I, myself, have created. Where dumb-dumb  Ozymandiases  rust. Where mythologies go to die like an, oh so secretive, fart. Far away enough of people so they can pass quietly and unheard.   My reign is also of venom: purulent, vicious. Highly alcoholic melancholy, not of lethargic rest but instead breeder of anxious sleep, of bad poetry during late hours best served for onanistic endeavors.   ¡Behold the Scorpion King!   ¡Behold my drunkenness, ye mighty, and compare: the width of your temples to the size of my ding-dong!   Only one of them remains. Funny looking scorpion tail amidst ass and belly

También el jugador es prisionero

   Apoyó la mano sobre el mármol frío y sus dedos todavía húmedos dejaron cinco cicatrices translucidas. La tenue luz que se filtraba por la persiana a media asta cargaba el monoambiente de un gris que emulaba el de la mesada que acababa de rasgar. Afuera otro chaparrón veraniego parecía inevitable.   Un rayo de luz se dobló en su iris en el ángulo correcto como para, por una fracción de segundo, hacerlo alucinar un fantasma sentado en la silla de la computadora. Una tosca fotografía de él : pura silueta, puro recuerdo subconsciente del contacto de su piel. Lo corrió de su lugar y, todavía semidesnudo, se sentó a terminar de leer el poema de Ascasubi. El examen final que estaba preparando, y algunas otras cuestiones, lo tenían lo suficientemente ansioso como para haber necesitado aquella ducha en primer lugar. Toda la cosa le estaba llevando mucho más tiempo del que estaba dispuesto a reconocer y hacía relativamente poco que al amparo de la mitología borgiana sobre los cuchilleros h