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Millennial 42 (Zapping)

Sentado en un sillón doble frente a un televisor un hombre que no debe pasar los cuarenta se desabrocha el cinturón y tira la corbata que hace segundos tenía puesta sobre la mesa ratona a sus pies. La mesa esta tan atiborrada de cosas que el bollo de la corbata resbala y cae al piso. El hombre la mira unos segundos. Se levanta, la agarra, y la tira sobre el sillón vacío a un costado del en el que él se sienta. Luego tira sobre ella su camisa blanca. Se vuelve a sentar y se inclina sobre un costado del sillón para agarrar la bolsa con la comida que compró a la salida del trabajo. Saca el paquete de la bolsa plástica y un sándwich de lomo completo del paquete. Se le hacen agua los ojos. Entonces se da cuenta de que no agarró las servilletas. Le pega la mordida más grande de la que es capaz al sándwich y busca algo en la mesa ratona. Apoya el lomo sobre una serie de papeles llenos de nombres y números y sale al trote (todavía masticando) hacia la cocina, que queda detrás de él. Toma algunas servilletas de arriba del microondas, y cuando está por emprender la carrera de regreso se detiene en seco. After a brief eureka moment abre la heladera y saca una latita de cerveza escondida en el fondo. Se sienta, rápidamente abre la cerveza y le da un largo trago, toma el control remoto de la tv metido entre los almohadones del sillón, la enciende. Irá alternando entre el sándwich y la cerveza con la derecha mientras mantiene el control en su izquierda para poder cambiar de canal.
Lo primero que ve es una vista desde la altura de la ciudad en la que se encuentra. Es el canal meteorológico. Lloverá todo el fin de semana. Casi no hay gente en la calle, pero todas las casas y edificios están iluminados. Todos. Los autos de alta gama son cada vez más feos. Cambia de canal.
Resultados del último partido de unos equipos futbolísticos españoles que nunca había escuchado nombrar. Aparentemente se lesionó un arquero al atajar un bombazo de un delantero. Y los comentaristas no escatiman en resaltar “bombazo”. Cambia de canal. 
Una novela sobre dos hermanos curas que se enamoran de la misma monja. La monja los duplica en edad, aunque tiene buenas piernas. Se le hace que las sotanas no son tan cortas. Cinco de la tarde, todas las tardes por canal… Cambia de canal.
Otra novela, esta vez sobre gente rica que se enamora de gente pobre, o bise versa. Él es el terrateniente de una inmensa plantación de tabaco, y ella una humilde profesora de jardín de infantes. Ambos se esmeran en ir a caballo a todos lados a pesar de vivir en pleno siglo XXI. Cambia de canal.
Un programa sobre manualidades y recetas super fáciles para cocinar con tus hijos. Cambia de canal.  
Una pequeña orquesta toca milonga en un festival. El pueblo queda ridículamente lejos. Todos tienen bigote, hasta la mujer que baila con un mocito en el medio del escenario… Podría jurar que uno de los del fondo se quedó dormido. Probablemente el totin. Cambia de canal.
Una película de acción vieja. Todo explota, todo el mundo está aceitado y todo el mundo sabe pilotear aviones de combate. Cambia de canal.
Una película de ciencia ficción vieja. Todo explota, todo el mundo es secretamente un alienígena y el universo gira en torno al Planeta Tierra. Reconoce a Eva Sageinstein y se le viene la adolescencia encima. Cambia de canal. 
Programa polideportivo que se dedica durante media hora, dos veces por semana, a alabar al legendario jugador de bochas local. Cambia de canal.
Noticiero. Lloverá todo el fin de semana. Tres asaltos a la misma pollería en setentaidós horas. El dueño cree que la idea de los ladrones era robar las pollerías de la zona, pero se confundieron y robaron tres veces la misma. Cambia de canal.
Un dibujo animado sobre un niño mono que puede volar sobre una nube y es inmune al fuego. Cambia de canal.
Tráiler de una película que tanta gente fue a ver al cine que ahora puede permitirse la putrefacción en la pantalla chica. Cambia de canal.
Un programa que debate la información del anterior programa sobre el resultado del partido de los equipos españoles. Y mantiene la posición opuesta, llamando al delantero “asesino”. Cambia de canal.
Una propaganda sobre un coso.
Canal agropecuario. El virus del pollo loco esta diezmando la población aviar de la zona. Se espera una importante suba en el precio del pollo y productos asociados. No se olvide de sintonizar el próximo viernes para… Cambia de canal.
Un programa de cocina en el que el chef es asiático. Cambia de Canal.
Un programa de cocina en el que el chef es italiano y viaja por el mundo probando comidas exóticas y puntuándolas en su escala de “Paninis”… Tremendo pelotudo. Cambia de canal.
Un reality show sobre mujeres rubias que tienen trillizos. Cambia de canal.
Una película de Chaplin, The Great Dictator, de 1940, y ese discurso: Soldiers! don’t give yourselves to brutes, men who despise you, enslave you, who regiment your lives, tell you what to do, what to think and what to feel!” Le cuesta bajar el sandwich. Don’t give yourselves to these unnatural men, machine men with machine minds and machine hearts! You are not machines! You are not cattle! You are men!” Cambia de canal.
Canal sobre filosofía y literatura… en el que están haciendo un especial sobre Paulo Coe... Cambia de canal.
Una propaganda sobre una cuchara-cuchillo. Cambia de canal.
Una película infantil en 3D sobre un avión que habla y al que le dan cosquillas llevar pasajeros. Su mamá es un helicóptero y su papá un globo aerostático con bigote. Cambia de canal.
Canal evangélico en el que un predicador brasileño asegura vender un aceite que… Cambia de canal.
Una serie basada en la Guerra de las Dos Rosas en la que todo el mundo le teme a un gigante y sus dragones de oro. Cambia de canal.
Canal de automovilismo en el que pasan una carrera de fórmula uno patrocinada mayoritariamente por una empresa que se dedica a los desodorantes para mujer. Cambia de canal.
Un programa de música del tipo que decide cual va a ser la “canción del verano”. Luces, flores, y muchos colores. Parece que esta vez la banda femenina “Las cutículas” la rompieron. Cambia de canal.
Un show de baile sobre brazas en el medio del Caribe. Cambia.
Otro noticiero que repite lo que decía el anterior e informa que parece que los ladrones tuvieron un enfrentamiento entre ellos al momento del robo, basado en la información que pudo adquirir el forense de la escena del crimen. Cambia. 
Un campeonato de interpretación de sueños. Todo el mundo parece soñar con perros negros, escaleras y aviones que hablan. Cambia.
Canal dedicado a la transmisión continúa de viejos partidos de ajedrez en los que el hombre pierde contra la máquina.
Una película sobre dos amigos que descubren una ciudad que no existe en una enciclopedia. Ya la vio. Vive en esa ciudad. Cambia.
Un canal con barras de colores, en el que se lee únicamente: “No signal.”
Una película sobre dos amigos que descubren una ciudad que no existe, uh, ese canal esta repetido. Cambia.
¡El controversial show “Hámsters con navajas”, en el que un grupo de hámsters pelean a muerte por la GLORIA!... No es lo mismo desde que se retiró Mefistófeles. Cambia.
Un programa cómico en el que todos los participantes deben contar sus chistes imitando a algún presidente. Cambia.
El legendario unplugged de Nirvana. Cuando todavía estaba Dave… Cambia.
Un programa de chismes en el que un panel expone los nuevos detalles de la turbulenta relación entre dos celebridades que nadie recuerda. Cambia.
Programa de moda dirigido por una adolescente que no cesa de repetir que el rosa es el nuevo negro. Seguido por una propaganda de pañales. Cambia.
Película de terror con personajes que carecen de cualquier tipo de complejidad psicológica, y que siempre están lo suficientemente alejados de la civilización como para sus celulares no tengan señal. Cambia.
Tercer novela. María Magdalena se entera de que su ex pareja, Santiago Bartolomé, es medio hermano de Juan Mateo, su actual pareja. Siglo XXI. Cambia.
Un grupo de aborígenes danzan alrededor de un fuego cantando el nombre del actual presidente. Cambia.
Programa sobre ciencia y tecnología que por alguna razón pensó que era buena idea hacer tres temporadas de una serie sobre los desechos que dejaron en la Luna los astronautas del primer alunizaje. 
Programa sobre las ciencias y la historia que se dignó a responder al otro programa negando rotundamente la veracidad de los dos alunizajes.
Propaganda sobre esas cositas que se ponen las mujeres en el pelo.
Propaganda de una película de acción sobre como diez mil espartanos masacraron a trecientos persas.
Programa cómico de sketches en el que un humorista disfrazado de ex presidente parodia el discurso de los comentaristas de futbol transponiéndolo al político. Cambia.
Boletín informativo que señala que se ha capturado a uno de los ladrones al tener este que hospitalizarse de emergencia por las heridas causadas por otro de ellos. ¿Realmente no habrá nada más importante que informar? A esta altura ya le parece fortuito. Cambia.
Un canal especializado en numismática. Cambia.
Un programa sobre vida salvaje centrado en la poderosa embestida del majestuoso rinoceronte enano. Cambia. 
Dibujo animado sobre las aventuras de un adolescente genio loco y su pobre abuelo.
Un concierto entero del famoso rapero G.U.N. Dalf, acompañado por The Who’ Beats. Un clásico. Cambia. 
¡Finalmente un canal se digna a pasar una repetición del partido de los españoles!... Pero no reconoce a nadie. Cambia.
Un dibujito animado en el que la perrita Lupita ayuda a su dueño a cuidar a los diferentes perros que se van cruzando en sus aventuras. Ese les encanta a sus sobrinos. Cambia.
Canal en un idioma incomprensible que parece enfocarse en el desfile de esculturas móviles hechas de flores. Cambia.
Propaganda en un canal infantil de los nuevos muñecos articulados del rey mono. Ahora con un montón de funciones que no parecen nada seguras como para ser manejadas por infantes. Aunque sean mayores de tres años. Cambia.
Canal de pesca que exalta las virtudes de pescar con pólvora.
Versión “Plus” del canal de chismes anterior con entrevistas y videos exclusivos de las estrellas más relevantes de la farándula actual como si les quedaran boludeces para decir. Cambia.
No tiene idea de que trata el canal en el que va a parar pero se detiene en él porque reconoce a una de las dos personas, pero no puede quite grasp his name. Dos hombres (uno de la misma edad que él) charlan en sillas enfrentadas con varias bibliotecas de fondo. Lo conoce de algún lado, esa cara le suena…se remacha la cabeza, y al verlo prenderse un cigarrillo el esfuerzo da frutos: ¡Es El Gabo! ¡Gabo Novalis! ¡Fueron muy amigos en la secundaria! No puede creer lo cambiado que está. Y pensar que cuando eran chicos le dejaba copiarse en química. Con esa barba y ese traje parece otra persona, y probablemente lo es. El y el entrevistador hablan muy elocuentemente. Le sube el volumen, agarra la latita de cerveza y el envoltorio del sándwich de lomo y corre a la cocina a poner el agua para un café:

- Y ya que estamos en el tema de tus viajes por el sur americano: ¿en qué momento te surgió esta idea de la “pertenencia”, que al fin y al cabo desembocaría en tu última novela?
- Tengo la fortuna de conservar un muy buen mapa mental del momento Joaquín.
- ¿No harías el honor de rememorarla para los televidentes?
- Por supuesto. En ese momento estaba recorriendo el lado este de la Argentina. Justo en esa época dulce de otoño en que hace apenas más frío que el necesario…Ahora que lo pienso soy doblemente afortunado, porque nunca pude señalar, una vez pasada la experiencia, el lugar específico en el que se hallaba el campo contra el que pasé la noche.
- ¡Menuda paradoja!
- Realmente. Pero de alguna forma me alegra, porque implica que no puedo volver, y la experiencia es por ello mismo mucho más hermosa. Volviendo al relato: fue de camino hacia el sur que me vi obligado a hacer noche al costado de la ruta. No me pasó muchas veces, y era menos que idóneo, pero afortunadamente no tardé mucho en encontrar un llano lo suficientemente abierto como para permitirme ubicar mi vehículo con comodidad, y a una distancia prudencial de la ruta. Ya al estacionar adivinaba la silueta de un hombre bajito entre los postes del alambrado. No podía distinguir con facilidad si las tablas lo superan en altura por cuenta propia o porque se hallan apostadas en terreno más elevado (he allí una muestra de mi cansancio), pero cualquiera fuere el caso, la distancia volvía al hombre diminuto. El ocaso lo encontraba yendo y viniendo desde lo que parecían, en la penumbra lejana, y si mal no recuerdo: un aljibe, una huerta y un tinglado.  
Desde mi auto estacionado al margen de su campo mis ojos pronto se acostumbraron a sus pequeños gestos, como rascarse la cabeza al pasar junto al ciruelo, e incluso me habían permitido apreciar la robustez de su órgano nasal, y el espacio que deja entre sus piernas su andar irregular. Tenía toda la noche para seguirlo, enroscado en mi frazada térmica y estiradas las piernas en el asiento del acompañante, pero no pasaban las diez de la noche cuando vi apagarse la última luz artificial, para lo que sin duda sería un sueño que amaneciera con las primeras luces naturales.
Me quede solo entonces con la silueta bidimensional de un desconocido y mis propios pensamientos. Se me ocurrió pensar en el por qué ese hombre está allí, y me detuve en ello aún más que en los cómo o los cuándo. No mucho después vi el calor de mi respiración empañar lentamente las ventanas y me sorprendí habiendo naufragado. Claramente el hombrecito estaba allí por necesidad, puesto que no se me ocurría otra excusa por la que no hubiese emigrado aun a la ciudad (tan aislado estaba ese campito). Algunas de las respuestas tentativas a las que me llevó la contemplación del ciruelo fueron: la necesidad de mantener a esposa e hijos (que bien podrían estar visitando a una tía en aquella misma ciudad, pensé en ese momento) o a una madre envejecida, que por el frío otoñal hubiese escapado a mi mirada.
La idea de una madre envejecida me arrastró a la incomodidad de los cuándo. ¿Cuándo tomó posesión del campo su familia? Me imaginé a tal familia (incluidos esposa e hijos) bajos de estatura y de piel oscura como la tierra, los varones con el mismo imponente naso, y las mujeres, bastante aleatoriamente, con delanteras casi igual de llamativas. Justo cuando empezó a molestarme mi transpiración me vino a la cabeza una idea algo radical que había leído en algún lado: la idea de que la personalidad de la tierra se transfiere a la raza.
Tras mirarme la nariz en el retrovisor me imagine al hombrecito como la última de una serie de ciruelas que compartieran aquel tronco común, luchando tercamente contra la helada nocturna. Me lo imagine, sí, como una ciruela individual, pero que fuera en esencia exactamente igual a las otras. De tal forma yo podría determinar si me gustaban más las naranjas que las ciruelas (que no es el caso) pero eso no haría más sabrosas las unas o las otras. La tierra, siguiendo alguna excéntrica forma de transmigración pitagórica, determinaría, en todo caso, cualidades como el dulzor de cada fruto, su resistencia al frío, o su aptitud para lactar.
- Es claro entonces que la relación de la tierra con el seno materno como leitmotiv, que tantas veces retoma en su obra, tuvo su génesis allí.
- Indudablemente. Aun así me temo que mi primer acercamiento fue excesivamente naturalista. Con algo de suerte aquella figura bidimensional del hombrecito recortado contra el horizonte terminaría teniendo la profundidad que, creo, se merecía.
Desistí pronto de figurarme las delicadas variaciones posibles de ciruelos plantados en distintos puntos del globo y requerí saborear el aura lunar. Al bajar apenas la ventanilla recuerdo que me llegó la percepción de cierta profundidad, viendo ese segundo horizonte cristalino flotar sobre el real. Se me ocurrió que las sucesivas narraciones que tomaran a aquel desconocido e intentaran darle un origen y un destino engrosarían con cada una de sus hojas (como los sucesivos anillos de corteza del naranjo) su perfil en apariencia desgarbado. Renarrar una historia contribuiría entonces a la supervivencia de sus detalles, aunque estos fueran imaginados. Por ello, cerca del amanecer, pude percibir a aquel hombre como me percibía a mí mismo, real, elevado por la historia y profundo en detalles, con la salvedad tan solo de que yo había escapado, y él permanecido. Por ello mismo, tras caer mis ojos en otro tipo de naufragio, bostece las especulaciones nocturnas.
Al despertar me desperecé contra el techo y me apresuré a combatir el frío de la ventanilla olvidada con la calefacción del auto. El motor resopló aletargado y la vibración me hizo consiente de la plenitud de mi vejiga. - El entrevistador ríe. - Lo último que viera de aquel campo serían aquellas protuberantes mamarias que había imaginado en la esposa del estanciero, pero en un cuerpo tan incorrecto como el de su madre - Tampoco había cambiado tanto -, mientras se me acercaba con un puño en alto, claramente enfurecida por descubrirme orinando el cercado.
- ¿Enfurecida? ¿Y qué hiso entonces?
- Huí nuevamente, ya completamente despabilado, en la curva próxima que daba la ruta. Y a la distancia, y con la perspectiva presente, el único recuerdo que quedó de mi noche allí fueron las cascaras de una naranja comida a las apuradas...
- Para nuestros televidentes que recién nos sintonizan Gabriel Novalis acaba de contarnos sobre su primer contacto con las ideas que luego darían forma a su última novela: “Entre los rulos de Ulises”, una de las cuales, sino sobre la que gira la obra, es la necesidad humana de pertenecer, encarnada si no estoy equivocado en la imagen de aquel ciruelo.
- Exactamente.
- Es una verdadera lástima que se nos haya acabado el tiempo. Novalis, un placer tenerte con nosotros esta noche.
- Un placer haber sido invitado.
- Y queridos televidentes, no duden en consultar sus librerías amigas por la disponibilidad de “Entre los rulos de Ulises”, que tiene bien ganado un lugar en nuestras bibliotecas. Hasta la próxima.

La taza de café vacía yace ahora sobre los papeles llenos de nombres y números, dejándoles estampado un círculo color caramelo. Podría sentir envidia de que Gabriel hubiese cumplido su sueño de ser escritor pero no es el caso. En su lugar siente una especie de orgullo, del que se siente cuando uno está seguro de que también ha dado lo máximo de sí mismo. Deja sonar unos instantes la peculiar musiquita del final del programa mientras lo recuerda en su juventud, y finalmente cambia de canal.     
Programa sobre naturaleza que le dedica una hora entera a los hábitos reproductivos del dodo. Cambia.
Propaganda sobre un complejo vitamínico que cura la gastroenteritis. El presentador, con la remera puesta al revés, corre de un lado a otro con los ojos abiertos de par en par. Cambia.
Canal de economía en el que se discute la abrumadora caída del valor del dólar. Cambia.
¡Noticia de última hora! ¡Un hombre de campo se entregó hace minutos a la policía porque cree haber asesinado a escopetazos a un extraterrestre que irrumpió en su propiedad! The irony isn't lost on him…Cambia.
Concurso de preguntas y respuestas. El presentador nunca tuvo un trabajo real en su vida. Cambia.
Cuarta novela: el hijo de un padre soltero se pierde en una plaza y ella lo encuentra. Se volverán a ver en un aeropuerto. Cambia.
Película doblada en el español de España sobre un “hechicero” de once años. Cambia.
Serie cómica sobre cinco amigos que comparten algo. Cualquier cosa. Y que probablemente también viven juntos, o en el mismo piso. Y el interés amoroso. Y las personalidades arquetípicas. Y los conflictos laborales. Cambia.
Metadeth tocando en vivo desde Japón. Cambia.
Canal de cocina en el que se explica cómo preparar el más exquisito pan dulce casero y en el que el camarógrafo está mucho más interesado en la retaguardia que en las manos de la cocinera.
Canal de historia sobre como los aborígenes americanos repelieron las cuatro primeras invasiones españolas. Nadie se esperaba que hubieran descubierto la pólvora por separado. Cambia.
Dibujo animado sobre la amistad en el que un adolescente captura pequeños monstruos y los hace pelear con los de otros adolescentes por fama y dinero. Cambia.
Un pequeño noticiero local retransmite una nota al estudiante de secundaria con el mejor promedio de ese año. El nombre le suena. Cambia. 
Película sobre un grupo de superhéroes en el que siempre hay una sola mujer, algún tipo enorme, alguno super-inteligente, y alguno que se toma todo demasiado en serio o demasiado en broma. Cambia. 
Viejo programa de comedia que solo podría haber divertido a generaciones anteriores. Cambia.
Un canal sobre gente y salud introduce a las personas de su segmento: “Sobrevivieron para contarlo.” La increíble historia de un tipo al que le pegaron cuatro tiros, se levantó, y fue a comprar Fernet. Cambia.
Reality show sobre veintitrés mujeres obligadas a vivir juntas por un año a pesar de que se odian. La pasivo-agresividad se filtra por la pantalla. Por alguna razón la mayoría son pelirrojas. Cambia.
Entrevista al renombrado ex carnicero Jorge “El Pacha” Leberbush, que después de años de ejercer su profesión tuvo una revelación causada por el virus del pollo loco, y ahora busca difundir su filosofía vegana junto a sus fieles seguidores.  
Programa de moda en italiano. Cambia. 
Otro predicador sudamericano. Este vende su bendición y ramitas de olivo. Cambia.
Quinta telenovela: ella se entera de que él le fue infiel a través de un amigo en común que esta secretamente enamorado de ella. Él se justifica explicando que la villana lo había emborrachado. Ella llora desconsoladamente en su habitación porque sabe que ella también le fue infiel en su momento. Cambia.
Programa polideportivo que se dedica durante media hora, cuatro veces por semana, a alabar al legendario jugador de bochas de un pueblo vecino. Cambia.
Programa de manualidades sobre el lustrado y conservación de muebles de madera. Al presentador le faltan dos dedos en la mano derecha. Cambia.
Documental sobre la vida y obra de H.G. Oesterheld en celebración del Día de la Historieta.
Propaganda de los capítulos finales de la segunda novela: deben escapar juntos de la villana. Ella lo convenció a él de quemar la plantación de tabaco para que nada más lo atara a la villana, y porque era lo moralmente correcto. En un arranque pasional la villana le dispara pero él se interpone. Huyen a caballo. Cambia.
Vóley de playa. Los culos, si bien firmes, suben y bajan, suben y bajan, suben y bajan. Una compañera se choca con otra y hay todo tipo de roses. A una le entra arena en los ojos. Cambia.
Propaganda sobre una aplicación de celular que te manda tu horóscopo todos los días… Cambia.
Programa de música en el que pasan por millonésima vez el tema más conocido de una banda que se disolvió hace más cuarenta años. Cambia. 
¡Noticiero de media noche! ¡Otro de los ladrones de la pollería ha ingresado en el hospital! Por lo que pudo averiguar el reportero el malviviente habría discutido con el ya internado por estar ambos involucrados en un triángulo amoroso con el tercero. Aún no hay más información sobre el hombre que se entregó. Los hechos minuto a minuto en canal… Cambia. 
Programa de juegos de destreza física en el que los participantes deben recorrer una pista de obstáculos hecha enteramente de papel higiénico y gomitas elásticas. 
Propaganda de una nueva pasta dental super refrescante con gusto a culo. Efectividad en la disminución de la sensibilidad mental comprobada científicamente. Mira la hora y apaga el televisor.  
Ochentainueve canales y realmente muy poco para ver. Mejor se va a la computadora. Todavía no tiene sueño y por lo menos ahí puede elegir lo que ve. Afuera empieza lentamente a llover.  

De saber su nombre Wits hubiera sentido que le hacía honor. 

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Rave

To Dylan Thomas, the bluffer.   Go drunk into that dark night. Rave, rave with your self’s shadow, dance. Dance to electric, acid drums. Go drunk into that dark night alight by fluorescent wristbands. Rave against living, against dawn.   Lay bare, under a dark sky, what we all are. Go to the bathroom stalls, past the raving crowd, break in line and start a fist fight. Get drunk and  scarred, animal. Smile, neon bloodied, at oblivion. Rave against all lights unflickering, against all unbroken bones, against those who dance and those who don’t: be an asshole. And dance, dance electric seraph, dance, dance to acid drums.

Manuscript found in Lord Byron’s bookcase

                                                                                                                                                                                                                            To Percy, light upon his waterbed.     I’m the Scorpion King.   Beware, not the Camel King, nor, albeit my rattling ways, a snakish one.   My reign is a desolate wasteland which I, myself, have created. Where dumb-dumb  Ozymandiases  rust. Where mythologies go to die like an, oh so secretive, fart. Far away enough of people so they can pass quietly and unheard.   My reign is also of venom: purulent, vicious. Highly alcoholic melancholy, not of lethargic rest but instead breeder of anxious sleep, of bad poetry during late hours best served for onanistic endeavors.   ¡Behold the Scorpion King!   ¡Behold my drunkenness, ye mighty, and compare: the width of your temples to the size of my ding-dong!   Only one of them remains. Funny looking scorpion tail amidst ass and belly

También el jugador es prisionero

   Apoyó la mano sobre el mármol frío y sus dedos todavía húmedos dejaron cinco cicatrices translucidas. La tenue luz que se filtraba por la persiana a media asta cargaba el monoambiente de un gris que emulaba el de la mesada que acababa de rasgar. Afuera otro chaparrón veraniego parecía inevitable.   Un rayo de luz se dobló en su iris en el ángulo correcto como para, por una fracción de segundo, hacerlo alucinar un fantasma sentado en la silla de la computadora. Una tosca fotografía de él : pura silueta, puro recuerdo subconsciente del contacto de su piel. Lo corrió de su lugar y, todavía semidesnudo, se sentó a terminar de leer el poema de Ascasubi. El examen final que estaba preparando, y algunas otras cuestiones, lo tenían lo suficientemente ansioso como para haber necesitado aquella ducha en primer lugar. Toda la cosa le estaba llevando mucho más tiempo del que estaba dispuesto a reconocer y hacía relativamente poco que al amparo de la mitología borgiana sobre los cuchilleros h