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Millennial 24 (La suicida II)

Los ojos que le devuelven la mirada son dos abismos. En uno una serpiente muerde una manzana, en el otro un niño recibe una bala plateada entre los ojos, con los brazos abiertos, como si hubiera intentado detenerla abrazándola. La hierba alrededor de los abismos se ha marchitado, intoxicada por químicos innombrables. Ahora negro ahora rojo, el contorno de sus pupilas cambia en un ciclo inalterable de uno a otro. El negro enmascara el rojo, pero el rojo simple vuelve a florecer, y a veces llega tan lejos como a los labios, y los tiñe. Pero los labios una y otra vez quedan en el filo de un vaso o se maculan del roce de otros químicos, y quieren ser blancos frente al espejo y existir en el mismo plano que el niño pálido, lejos de la serpiente devoramundos. Pero fallan. Las manos se los hacen saber.
La bala aparece una y otra vez dentro del campo gris detrás de los ojos, volando azarosamente, descabezando flores una a una. Desearía ser el último ser humano en sentir lo que sienten las flores, but in fact, she wants her pain to be inflicted on others. She has gazed for too long into the abyss: ha llegado a creer que la única resistencia posible es saltar.     

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  To young Mark. Always with one hand ocuppied.   Children of thirty two try to tell me what is a good cigar and what isn’t. Me, who never learned to smoke, but always smoked; me, who came into the world asking for a light.   Me, who when asked by a waitress about the kind of beer I would prefer, sweet, sour, toasted or fruity, always respond: cold.   Me, who began going out when I was seven. Me, that have lived four hundred and fifty six weekends without throwing up once.   Me, who stole my parent’s condoms right after my last brother was conceived. Me, who came from the uterus dancing and when the nurses left the room, lighted a ciggy.

Friedrich

Sos ese profeta triste que llora el día que descubre a un amigo. Sos ese alemán no alemán que transpira Barroco y que es de Sócrates mortal enemigo. Sos ese humano que se cree demasiado y que es un destino. Sos ese anticristo de trágica cuna que será siempre un niño. Sos el retorno de vos mismo, el primer superhombre, el martillo de Dionisio. Sos el del bigote y las ideas liberales: Ese soldado prusiano que destroza ídolos (e ideales). Sos un loco, un enfermo, un poeta. Sos ese otro Prometeo que le devuelve al hombre su logos y a los dioses sus lágrimas.

Dj Ayax Zombie - Neurosis Acustica

http://soundcloud.com/ayax-zombie